viernes, 9 de marzo de 2012

Del otro lado del árbol

Por María José Martínez Methol

No hacen falta alas
para hacer un sueño,
basta con las manos,
basta con el pecho,
basta con las piernas,
y con el empeño.

Silvio Rodriguez
 
En el 2011, diversos medios locales y nacionales* se acercaron a parque Saavedra en busca de eso que, en la jerga periodística, se denomina "una historia de vida". El caso de Paula Kriscautzky y su hija Pilar, víctima fatal de un tumor cerebral, contenía todos los ingredientes para hacer una nota típica del sensacionalismo burgués.
Sin embargo, la biblioteca Del otro lado del árbol es mucho másque un testimonio de vida: es un espacio socio-cultural recuperado y autogestionado por la comunidad para los chicos. “Este es un lugar muy especial, no sólo por la historia sino por lo que pretende”, expresa Paula, iniciadora y motor de este proyecto. Kriscauttzky y sus colaboradores trabajan día a día para homenajear la infancia desde la educación, el arte y la salud, utilizando como eje central una biblioteca popular.

Sumando voluntades 

La Biblioteca funciona desde el 2 de abril del 2011 en el sector cerrado de Parque Saavedra, un espacio público ubicado en el corazón de la Ciudad de La Plata. La Municipalidad cedió un viejo galpón que fue reacondicionado, amueblado y decorado por voluntarios y artistas plásticos de la comunidad.  
Absolutamente toda la colección de la biblioteca, cerca de 3000 libros, fue donada por los vecinos en respuesta a solicitudes que Paula difundió a través de redes sociales. Algunas abuelas tejieron mantas y alfombras; otros aportaron estanterías, almohadones, canastos, mesas y sillas. Varios escritores argentinos de literatura infantil hicieron llegar ejemplares de sus libros, e incluso envió los suyos desde Francia Mandana Sadat, autora del cuento que da nombre a la biblioteca. Diversos actores sociales realizan actividades libres para niños todo el año, como las Abuelas cuenta-cuentos, las Abuelas de Euforión, maestras de música y plástica, entre otros. Los sábados, se suman mimos, payasos, músicos, acróbatas y magos para brindar espectáculos gratuitos al aire libre a los que asisten decenas de familias.   
Se realizan también talleres en la Escuela Nº 509 que funciona dentro del Hospital y se circulan libros a Casa Cuna. 
La biblioteca cuenta con más de 60 colaboradores permanentes, quienes en forma voluntaria ofrecen diferentes servicios para llevar adelante todas las actividades de la biblioteca. Hablamos de maestras, obreros, contadores, abogados, estudiantes, vecinos; sin diferencias de edad, ideología o clase social.  






Leer sin pedir permiso 

 
Del otro lado del árbol no es una biblioteca tradicional. Paula tiene la definición perfecta: “Esto es un caos, pero organizado”, bromea. “Una persona estructurada acá la pasa mal; los libros se agarran, se tocan, se leen, se desordenan todo el tiempo; ¿se rompió?, se rompió, es parte del juego”, agrega Silvio Brito, fiel colaborador de la biblioteca.  
Los libros se ubican en estanterías bajas, en las paredes sostenidos por bandas elásticas, en la alfombra, en las mesitas, entre los almohadones, en grandes canastos de mimbre dispuestos en el parque o simplemente sobre el césped. Esta distribución tan particular es claramente intencional: “No es lo mismo que le digas el título y que vea la tapa”, continúa Silvio. La idea es que los chicos no tengan que “pedir permiso” para hojear un cuento, que el acceso al libro no tenga intermediarios.  
Pero la propuesta de la biblioteca no es que el niño esté solo hurgando en los estantes o canastos; por el contrario, se anima a madres, padres, tíos, abuelos, a que acompañen la lectura y los juegos.  
El éxito de esta filosofía es evidente: la cantidad de pequeños usuarios se multiplica día a día; en sus casas, insisten a sus padres en volver, e incluso ocurre con frecuencia que lloren y pataleen porque no se quieren ir de “la casita del parque”. Tratándose de una biblioteca, esto es más que curioso. Igualmente llamativas han sido las “desapariciones de libros”, cuestión que a Paula no parece alarmar demasiado: “No deja de ser interesante que un pibe se robe un libro ¿no?”.  
Muchos docentes han llevado contingentes de niños de escuelas y jardines de infantes platenses; al día de la fecha, han pasado por la Biblioteca más de dos mil alumnos.   

Proyectos a futuro 

A fines del año pasado, Del otro lado del árbol participó del Presupuesto Participativo Municipal. Pese a las irregularidades ocurridas durante las jornadas de votación  —denunciadas públicamente—, logró obtener el primer lugar en su zona. Las obras a realizar este año incluyen la construcción de baños públicos, iluminación y revalorización del Parque en general.  
La biblioteca tramita su acreditación a CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y trabaja, en conjunto con estudiantes voluntarios de Bibliotecología de la UNLP, en un catálogo que podrá consultarse por Internet.  
En el marco de la autogestión, la biblioteca prepara una revista y CDs de música infantil interpretada por bandas platenses, que estarán a la venta este año. 
La mayor dificultad actual es el espacio. La “casita del parque” va quedando pequeña; la colección crece por constantes donaciones y los usuarios se multiplican. Recientemente, astilleros donaron y acondicionaron un contenedor de puerto que se instalará junto a la biblioteca y servirá como un nuevo espacio para la realización de talleres y otras actividades.   
Pero la gran apuesta de la biblioteca es poder en el futuro reconstruir la vieja Casona del Parque (ver foto) para poder trasladar la biblioteca a un lugar más amplio que permita brindar talleres de invierno, la creación de una ludoteca, una bebeteca y la realización de numerosas actividades pro-infancia.  
La Biblioteca fue declarada de Interés Cultural por el Municipio de La Plata y de Interés Cultural Legislativo y Provincial por parte del Senado de la Provincia de Buenos Aires. Sería maravilloso que tales reconocimientos se traduzcan en acciones concretas y no se diluyan en vanas declaraciones de prensa.  
Como en todo este tipo de iniciativas sociales, la mejor manera de colaborar es acercarse; la biblioteca permanece abierta de lunes a viernes de 9 a 17:30 hs y los sábados a partir de las 14 hs. Se puede cooperar con libros nuevos (existe una lista en la Librería Rayuela) o usados que estén en buenas condiciones; también se pueden colaborar con servicios, desde lo que cada uno sepa hacer y en el tiempo que disponga.  

Paula sabe que no está sola. Pilar inspira sus días y Del otro lado del árbol fortalece sus raíces en la comunidad.  “Cuando la gente se junta, los sueños son más fáciles; y acá hay mucha gente con el mismo deseo“. 

* Algunas notas periodísticas del 2011

Documental realizado por estudiantes de Cine, Facultad de Bellas Artes, UNLP: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=68cmCQ_vd-4#! 

 
Información y contactos de la Biblioteca:  
E-mail: delotroladodelarbol@hotmail.com



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